Nunca estuve de acuerdo en que debía esperar a que alguien con más experiencia que yo me diera permiso de ser artista, eso no significa que no aceptara sus enseñanzas, ni que no me haya esforzado por desarrollar las habilidades necesarias. Tal vez no sea muy buena, tal vez no siga ninguna escuela importante. Lo que hago viene de mí solamente y mi trabajo me ha costado, por ello me siento siempre orgullosa de llamarme a mí misma artista.
Alguna vez, mientras estudiaba artes visuales en la universidad, un profesor nos cuestionó cuál sería nuestra respuesta hacia una pregunta lanzada en redes sociales: ¿Qué es más necesario para la sociedad, un médico o un artista? Si te estuvieras muriendo ¿a cuál de ellos llamarías? Sinceramente a mí la respuesta me resultó bastante obvia: Depende de qué clase de muerte estemos hablando.
¿Quién es una artista?
Yo lo veo de la forma más sencilla. Una artista es aquella creadora que se dedica al arte como profesión. Así como un médico es aquel o aquella que ejerce la medicina, así un artista es todo aquel o aquella que ejerce el oficio del arte. Es claro que existen médicos mejores que otros, pero ambos se llaman a sí mismos médicos. En el caso del arte, determinar si un artista es mejor que otro es algo más subjetivo, depende del punto de vista de cada quien. Si un médico es deficiente; su paciente morirá o puede resultar lastimado. Si un artista es deficiente; pues ya no está tan claro el asunto.
El valor de una obra de arte es tan subjetiva que pueden pasar décadas para llegar a ser reconocida. Como artista visual he creado obras que me me han provocado decir "al fín lo logré, esto si es extraordinario" para después descubrir que ha nadie más le ha provocado algo parecido. En cambio me ha pasado que, algún ejercicio sencillo de trazo o color ha llegado a causar gran admiración.
Como iluminador, técnico y espectador de teatro me ha pasado algo parecido. He visto puestas en escena que han logrado hacer vibrar partes de mi ser que desconocía, pero al tratar de compartir esa sensación con alguien más, resulta que esa persona ha visto otra cosa, algo que no le agradó, y lo que yo vi, para ella o él ha pasado desapercibido. Por ello, con el tiempo, he comprendido que la vocación artística desafía toda razón, lo ha hecho siempre.
¿Para qué necesitamos a los artistas?
Yo considero que la necesidad del arte no es más ni menos importante que la necesidad de la medicina. Es diferente, mientras una se encarga de cuidar y conservar nuestra salud física y mental, la otra se encarga de cuidar y conservar la esencia de lo que somos y recordarnos mirar de vez en cuando hacia el infinito.
El arte nos muestra la verdad de nuestro mundo, el que hemos creado, ve más allá de las apariencias. Nos permite ver sin tapujos el legado de nuestra humanidad.
Ser artista es un acto de generosidad, es abandonar cualquier seguridad en pos de ofrecer al espectador una pequeña mirada hacia lo desconocido. Es exponerse al peligro de perder cualquier atisbo de sentido para crear una ventana hacia el vacío que yace en lo más profundo de nuestro ser individual y colectivo.
¿Qué opinas tú? Si eres artista o espectador por favor comenta, el diálogo siempre abre puertas donde aguardan tesoros desconocidos.