viernes, 26 de junio de 2020

Miserables


Diferencia de clase

Separar a las personas por clases, tomando como parámetro el poder adquisitivo no me parece suficiente para comprender lo complicado de las diferencias sociales. Pensar que solo existen personas pobres y personas ricas es un criterio demasiado básico. Yo lo considero una separación absurda. Porque al final, tanto los personas que ganan más dinero por su trabajo como las que ganan menos, siguen siendo trabajadores. Un futbolista y un barrendero, al fin, siguen siendo empleados o están supeditados a poderes que los controlan.

Los “ricos” no son los responsables de la desigualdad, pero tampoco los “pobres”. El problema son los que están por encima de todo ello: los dueños de los hospitales que explotan al médico y los dueños de los supermercados que explotan al cuidador de coches. Estas son las grandes corporaciones que lucran con la búsqueda de bienestar, la tristeza y la esperanza. Todas estas grandes corporaciones nos ofrecen lo que no tienen, pretenden adueñarse de nuestra felicidad para después venderla. Digo pretenden, porque aunque así lo parezca, no lo han logrado.

Un arquitecto que dedicó gran parte de su vida a sus estudios para ofrecer un excelente servicio merece el poder adquisitivo que ha logrado obtener. Un bolero que vive al día después de años de trabajar en el mismo lugar y se ha vuelto un experto en su oficio merece ser reconocido y respetado. ¿Y quién podría asegurar que uno es más feliz que el otro?

Los que creen dominar el mundo

El pequeño grupo de personas que cree dominar el mundo está consciente de que aquello que  ofrecen es una mentira y luchan cada día por obligarnos a creerla. Pero no es porque sean más poderosos que nosotros, al contrario, lo hacen porque también son conscientes de su vulnerabilidad. Saben que ese concepto ficticio de felicidad que ellos ofrecen no es más que un espejismo que se aleja conforme más nos acercamos. Ese espejismo es lo que les permite sobrevivir.

Naturalmente somos capaces de ser felices con muy poco. El concepto de felicidad es tan ambiguo que resulta absurdo creer que la única manera de entenderlo es a través del poder adquisitivo. Pero históricamente esta idea ha sido una herramienta muy poderosa para controlar a las personas. El acto de hacerte pensar que no eres feliz te vuelve vulnerable a los que comercian con la esperanza de encontrar la felicidad.


¿Quién sostiene a quién?

México es un país donde la mayoría de las personas se sienten felices y también es uno de los países con más desigualdad. Aquí puedes encontrar a las personas más humildes irradiando felicidad y disfrutando la vida con lo poco o mucho que poseen. Se intuye de manera automática la mentira y la manipulación. Es tolerada porque se cree que no nos afecta.

Todos los “marginados”, los “pobres”, los “vulnerables”, los “menos afortunados” en realidad son los que sostienen al mundo. Generan la energía, fuerza, voluntad, arrojo, valor, esperanza y alegría suficientes para mantener su propia existencia. Pero, además, mantienen vivos a todos esos “poderosos” que no pueden dejar de consumir, que se han consumido a sí mismos hasta volverse agujeros negros, condenados a absorber todo a su alrededor para no desaparecer. Por dentro están vacíos, no hay nada ahí, nada más allá de lo que los “pobres”, en su infinita caridad les quieren dar. ¿Quiénes son, entonces, los verdaderos miserables?

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

El accidente

  No alcanzó a frenar, tal vez porque estaba ebrio. Pero él siempre estaba ebrio, así estaba acostumbrado a manejar. Todos frenaron excepto ...